En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María (15 de agosto) también se celebra el día de las religiosas. Nuestra diócesis llevó a cabo esta celebración el domingo 18 de agosto en una jornada de acción de gracias por la presencia de distintas congregaciones religiosas que sirven en nuestras comunidades:
– Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús
– Hermanas Misioneras Catequistas
– Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia
– Hermanas Maestras de la Santa Cruz – Clarisas Capuchinas
– Hermanas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará
La celebración comenzó a las 11:00 hrs. con la Santa Misa en el templo Catedral, presidida por el P. Andrés Maricán, quien destacó que las religiosas de nuestra diócesis “han dejado que ese fuego del amor de Dios arda”.
“Han visto en la procesión de inicio de la Santa Misa a religiosas que han desgastado sus vidas como consagradas y se nota. Y ese desgaste es gozoso, porque es con Cristo, en Cristo y para Cristo”, expresó el P. Maricán en su homilía.
Agregó que “eso es tan valioso y nosotros lo reconocemos, valoramos y aplaudimos, porque siguen habiendo testigo fieles del Señor, como San Alberto Hurtado cuya fiesta hoy celebramos. Él fue como aquel fuego que encendió otros fuegos, siendo coherente con el Evangelio, la Palabra del señor”.
Del mismo modo, continuó el sacerdote, “las hermanas y cada uno de nosotros, enamorados del Señor, dejándonos consumir por el fuego de su amor y siendo valientes como Jeremías, podemos ser verdaderamente ese rebrote de lo que el Señor sembró en nuestros corazones”.
“Cuántos Jeremías se necesitan en nuestros tiempos, en la familia, en el trabajo, en la vida social, que no callemos el Evangelio, la Palabra de Dios, nuestra fe, que podamos ser auténticos discípulos del Señor. Que el Señor nos ayude, nos haga verdaderos testigos”, exhortó el P. Maricán.
Tras la Eucaristía, las religiosas de las distintas congregaciones presentes en la diócesis compartieron una tarde fraterna en la Casa Pastoral San Jorge, que incluyó almuerzo, dinámicas y la visita del Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier.