Hermanos en Jesucristo:
Hace un mes, el Papa Francisco envió a los obispos de Chile una carta, cuyo motivo inmediato es la situación de los abusos de parte de algunos consagrados, pero es también expresión de la preocupación por el estado en que se encuentra la Iglesia en Chile.
Para descubrir los caminos por los cuales el Señor nos quiere conducir a fin de poner remedio a estas graves dificultades, los obispos hemos sido convocados por el Santo Padre a Roma, para ayudarle “en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”.
Ante esta compleja y dolorosa realidad hay que evitar la tentación de reducir las explicaciones y soluciones a un nivel puramente humano, pues estamos en presencia de la debilidad humana, del pecado personal y de la acción del demonio. Pero estamos también en presencia del misterio de la Iglesia, siempre Santa, sin embargo, constituida por miembros pecadores. Por eso el Papa es enfático al escribir: “Hoy les quiero hablar no de seguridades, sino de lo único que el Señor nos ofrece experimentar cada día: la alegría, la paz el perdón de nuestros pecados y la acción de Su gracia”.
En su carta, el Papa Francisco nos pide concretamente por ahora una cosa: orar confiadamente al Señor. En efecto, él quiere que pongamos “a la Iglesia de Chile en estado de oración”. Muchos cristianos y comunidades católicas ya están orando. Pero todos tenemos que intensificar nuestra oración en los días previos al encuentro y, especialmente, durante su desarrollo en la semana que viene. Nos dice el Papa: “Estos días, miremos a Cristo. Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir”.
Invito a todos los fieles de la Diócesis de Villarrica a dedicar desde ya momentos especiales de oración, pero particularmente durante los días en que el Papa Francisco esté reunido con los obispos chilenos. Cada comunidad, de acuerdo a su Párroco, podrá organizarse a fin de reunirse diariamente para orar desde este domingo 13 de mayo, celebración de la Ascensión del Señor y de la Virgen de Fátima, hasta la Solemnidad de Pentecostés, el domingo 20 de mayo.
Pidamos al Señor que en nosotros se cumpla lo que se dice de los primeros cristianos: “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos” (Hch 1,14).
+ Francisco Javier
Obispo de Villarrica