(Tomado de Santuario de Lourdes)
La roca
Tocar la roca representa el abrazo de Dios, que es nuestra roca. Volviendo a la historia, sabemos que las cuevas siempre han servido de refugio natural y han estimulado la imaginación de los hombres. Aquí en Massabielle, así como en Belén y Getsemaní, la roca de la Cueva también ha reparado lo sobrenatural. Sin haber estudiado nunca, Bernadette lo supo instintivamente y dijo: «Era mi cielo». Frente a este hueco de la roca se te invita a pasar por su interior; ves lo suave que es la roca, centelleante, gracias a miles de millones de caricias. Al pasar, tómese su tiempo para observar el inagotable manantial, en la parte inferior izquierda.