En la mañana del sábado 7 de abril, vísperas del Domingo de la Divina Misericordia, Erwin Sanhueza Godoy recibió de manos de nuestro obispo, monseñor Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, la ordenación diaconal en tránsito al sacerdocio; en una alegre y emotiva celebración, que contó con la participación de fieles de diversos rincones de nuestra diócesis.
En la parroquia Nuestra Señora del Rosario, se desarrolló una solemne celebración, que contó con la participación de toda la comunidad local, que en pleno, repletaron el templo parroquial, para acompañar a Erwin, quien se mostró muy emocionado y agradecido por el sacramento recibido. En la Sagrada Celebración, Erwin realizó sus promesas de ejercitar el ministerio según la voluntad de Cristo y de su Iglesia, bajo la guía pastoral del prelado, se pidió la intercesión de los santos, recibió la imposición de manos del obispo y la oración de ordenación que le confirió el don del Espíritu Santo para el ministerio diaconal. Recibió la estola diaconal y la dalmática, de manos de sus compañeros de Seminario, los diáconos Daniel Rojas y Cristian Rivera; el libro de los Evangelios y el abrazo de la paz por parte de nuestro Obispo diocesano.
Monseñor Stegmeier en su homilía reflexionó sobre el lema de ordenación de Erwin, el significado del diaconado en tránsito al sacerdocio, la misericordia en la vida de los ministros ordenados, la comunión eclesial y la respuesta a la alegría de los fieles ante la ordenación diaconal y sacerdotal.
Nuestro Obispo explicó el lema de ordenación de Erwin afirmando: “ ‘Pero Cristo me dijo: mi gracia te basta’ (2 Cor 12,9). En este día de la Resurrección de Jesucristo, celebrando la Misa de la Divina Misericordia, el lema elegido por nuestro hermano Erwin para su ordenación diaconal alcanza todo su sentido personal y eclesial. El Señor nos llama desde nuestra propia realidad de pecado, con una historia que nos condiciona y con características personales bien definidas. Por la, fe y más allá de las apariencias y de los criterios de este mundo, tenemos la certeza de que nos basta la gracia de Cristo y que, en efecto, en nuestra debilidad, en nuestras pobrezas humanas, en nuestras carencias se muestra el poder de Dios. La eficacia de nuestro ministerio depende sólo de Dios”.
El obispo de Villarrica reflexionó sobre la elección divina de instrumentos débiles por la gracia de la misericordia del Corazón de Jesús: “Dios elige instrumentos débiles… Nuestro hermano Erwin sabe muy bien que ha sido elegido no por sus méritos personales, sino que por la divina misericordia del Corazón de Jesús. Erwin, que recibe hoy el sacramento del diaconado en vistas del orden sacerdotal, será consagrado para, en nombre de Cristo, ser pastor de la Iglesia con la Palabra, los sacramentos y la gracia de Dios (cf. LG 11)”.
El prelado meditó sobre la alegría del ministerio a pesar de las dificultades e incluso persecuciones: “La fidelidad a la misión de Cristo y a la acción interior del Espíritu Santo necesariamente será acompañada de dificultades, pruebas y persecución, pero todo vivido en el milagro de la alegría espiritual. En Cristo, vencedor de la muerte y que vive para siempre para interceder por nosotros, se manifiesta la misericordia divina. Ella supera nuestra debilidad y vence todo mal y pecado. Acercándonos confiadamente al Corazón de Cristo resucitado descubrimos y experimentamos toda la riqueza del amor de Dios”.
Monseñor Stegmeier declaró que mientras más sea nuestra comunión personal de fe esperanza y caridad con Jesucristo, mayor será la comunión eclesial, que se realiza y manifiesta en la Eucaristía.
Para concluir, don Francisco Javier, se preguntó sobre el por qué es tan grande la alegría, entusiasmo y participación de los fieles en la ordenación de un ministro sagrado, a la cual, responde: “El Santo Pueblo fiel de Dios, que vive de la fe de la Iglesia con espíritu humilde y sencillo percibe que el Señor elige a un joven de carne y hueso, con sus debilidades y pecados, para ser instrumento del amor misericordioso de Dios manifestado en el Corazón de Jesús. El fiel que se alimenta de la fe de la Iglesia transmitida desde los Apóstoles entiende que el ministro sagrado será quien le entregue el mejor bien que se puede recibir: a Cristo, en la Palabra que anuncia y en los sacramentos que celebra”.
Al finalizar la celebración, como signo de amor y gratitud, Erwin depositó un ramo de flores, junto a su madre, en los pies de la Santísima Virgen María.
La Diócesis se alegra con el ministerio diaconal de Erwin y da gracias a Dios por este regalo para la comunidad diocesana y para toda la Iglesia.