Hermanos en Jesucristo:
El sábado 10 de octubre fue beatificado Carlo Acutis, nacido el 3 de mayo de 1991 y fallecido en plena adolescencia, a los quince años, el 12 de octubre de 2006, en Italia.
La Iglesia, a través del Papa, declara beato a un cristiano cuando, asistida por el Espíritu Santo, reconoce que, por gracia, ha vivido en plenitud la fidelidad al Evangelio. Luego de un exhaustivo estudio de su vida personal, interrogados testigos que lo conocieron desde su infancia hasta su muerte, se establece que vivió en grado heroico todas las virtudes.
Si no se trata de un mártir, para la beatificación se requiere además de un milagro obrado por Dios a través de la intercesión de quien ha muerto con fama de santidad. El presunto milagro debe ser analizado por una comisión de profesionales especializados en la ciencia médica. Para que una curación sea considerada milagrosa, la comisión debe verificar que sea rápida, completa, duradera e inexplicable científicamente.
En el caso del Beato Carlo Acutis, el milagro consistió en la instantánea curación de Matheus, un niño brasileño de cuatro años. Su páncreas estaba afectado por una malformación congénita que hacía que vomitara todo lo que comía. De prolongarse esta situación, la enfermedad lo llevaría a la muerte. Pero el 12 de octubre de 2013, a siete años de la muerte de Carlo, Matheus, tocando una estampita de Carlo, oró diciendo: “Quisiera poder no vomitar más”. De inmediato se sintió bien. Al llegar a casa pidió comer arroz, porotos, bistec y papas fritas. Nunca más tuvo problemas y comenzó a alimentarse como cualquier niño normal. Después los médicos comprobaron que el páncreas estaba completamente sano.
En esta breve columna es imposible referir todo lo que se podría decir del Beato Carlo Acutis. En internet hay mucho publicado y les remito a que ahí se puedan informar más ampliamente.
En esta ocasión quiero destacar cómo el Señor hoy actúa en su Iglesia suscitando a un adolescente tan aparentemente igual al resto de un joven típico de nuestra época. Pero en el Beato Carlo hay algo especial. En él hay una dignación del amor de Dios, que lo eligió entre sus contemporáneos para hacerlo totalmente suyo. Amaba por sobre todo a Jesús Sacramentado y desde Él a los demás. La Iglesia nos dice que Carlo es beato porque ya está gozando de la eterna beatitud del cielo, viendo a Dios “cara a cara” (1 Cor 13,12).
Esta beatificación nos dice que siempre será verdad que el Padre “nos ha elegido en Cristo antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor” (Ef 1,4). Y esto vale para niños, adolescentes y jóvenes.
+ Francisco Javier
Obispo de Villarrica