Hermanos en Jesucristo:
Cristo suscita siempre y en todo lugar adoradores “en Espíritu y en verdad” (Jn 4,23), dispuestos a adorarlo en la Eucaristía, que es su presencia real, verdadera y sustancial. En Villarrica la Adoración Perpetua comenzó el 18 de agosto de 2014, día de San Alberto Hurtado. Con la ayuda de la Fundación Latens (www.latens.org) se realizará el inicio oficial de la construcción de la Capilla definitiva de Adoración Perpetua en la Fiesta de Santa Teresa de Los Andes, en homenaje al centenario de su nacimiento, hoy, 13 de julio, en el Obispado.
La Fundación Latens ofreció construir una Capilla pensada exclusivamente para ser de Adoración Perpetua. Será una Capilla-Custodia, pues su arquitectura está toda orientada hacia la adoración del Señor presente en la Eucaristía.
El Señor nos dice: “Oren sin cesar” (1 Tes 5,17). Hemos de perseverar en esta vocación que nos ha dado el Señor. El mundo y, sobre todo Chile, necesita urgentemente de Cristo, el único que puede remediar de verdad el desastre social que de tantos años estamos viviendo, pero que en los últimos tiempos ha hecho crisis, más todavía con el coronavirus. Lo que más necesita nuestra Patria son adoradores de Cristo, impetradores de su misericordia.
Cuando recuperemos la normalidad, invito a todos a que se incorporen a la Adoración Perpetua, con el compromiso de inscribirse en un turno semanal de al menos una hora. La Adoración debe ocupar un lugar central en la misión de la Diócesis de Villarrica, porque la Eucaristía es Cristo mismo. La Capilla – Custodia y la Adoración Perpetua quieren ser el signo visible de la centralidad de Cristo en la vida de la Iglesia y de los fieles.
Por ello hay que fomentar y sostener la voluntad de perseverar en la Adoración Perpetua. Es el Señor quien está suscitando en el mundo adoradores “en Espíritu y en verdad” (Jn 4,23). La adoración eucarística es la respuesta a las dificultades por las que está pasando la Iglesia y la sociedad. Estemos seguros que en nuestra ciudad hay muchos llamados a este apostolado de la adoración.
La Virgen María, San José, Santa Teresa de Los Andes y San Alberto Hurtado, todos ellos grandes adoradores “en Espíritu y en verdad” de Jesucristo, nos ayuden, con su ejemplo e intercesión, a “orar siempre sin desfallecer” (Lc 18,1).
Este inicio de obras tiene que motivarnos a participar de la celebración de la Misa dominical, al menos por internet durante la pandemia, si no se puede asistir presencialmente. La Eucaristía es Jesucristo, el Cordero Inmolado, que en cada Misa renueva su sacrificio en la Cruz y su presencia viva.
+ Francisco Javier
Obispo de Villarrica