
P. Reginaldo dos Santos, Mons. Francisco Javier Stegmeier y P. Sebastián Molina Carrasco
El sábado 12 de diciembre, Fiesta de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América, la Diócesis de Villarrica recibió la enorme bendición de dos nuevos sacerdotes diocesanos.
Mons. Francisco Javier Stegmeier ordenó Sacerdote del Señor a Reginaldo dos Santos, de 39 años, hijo de Benedito Dionizio dos Santos y Sebastiana Maria dos Santos, proveniente de Cidade de Arapiraca, Estado de Alagoas, Brasil.
Mons. Stegmeier ordenó también Sacerdote del Señor a Sebastián Eduardo Molina Carrasco, de 33 años, hijo de María Ximena Carrasco Valdivia y Eduardo Enrique Molina Aguilar, oriundo de Viña del Mar, Chile.
La celebración se llevó a cabo en la Catedral de Villarrica, bajo las estrictas medidas de prevención establecidas por el Ministerio de Salud – Código Sanitario y Dl 2763 –, en el marco de la emergencia sanitaria por el Covid 19.
Pese al limitado número de asistentes en el templo, los ordenados estuvieron acompañados por miles de personas que se conectaron a la transmisión de la celebración por las redes sociales, desde distintos puntos de Chile y otros países, como Brasil, Paraguay y Argentina.
Bajo el amparo y modelo de Santa María
Con la mirada puesta en Reginaldo y Sebastián, Mons. Stegmeier reflexionó sobre el el lema que cada uno escogió para su ministerio sacerdotal, ambos marcados por el modelo de excelencia a seguir: La Santísima Virgen María.
“Nuestro hermano Reginaldo ha elegido como lema sacerdotal las palabras de la Virgen María en las Bodas de Caná: ‘Hagan todo lo que Jesús les diga’ (Jn 2,5). Estas palabras manifiestan la misión de María de no solo traernos a Jesús, sino también la de llevarnos siempre a Jesús. Y como lema sacerdotal se transforma en una oración que suplica al Señor la gracia de la fidelidad y es un programa de vida orientado al ejercicio evangélico del ministerio. Todo lo que nos dice Jesús está en los Evangelios, entendidos ellos como todo aquello que se nos ha revelado y se nos transmite en la Iglesia”, explicó el obispo.
Y continuó: “El lema sacerdotal de nuestro hermano Sebastián es: ‘Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad’ (Hb 10,9). Estas palabras, según la Carta a los Hebreos, las pronuncia el Hijo de Dios en el momento de su encarnación, simultáneamente al instante en que la Virgen María dice: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’ (Lc 1,38)”.
Sacerdote con corazón sumiso a la voluntad de Dios
Luego, Mons. Stegmeier explicó a los ordenados que “la eficacia del ministerio sacerdotal que ustedes ejercerán está asegurada por el sacramento del orden sagrado y por la eficacia intrínseca de los sacramentos que celebrarán y por su misión de anunciar el Evangelio, ‘que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree’ (Rm 1,16). Como sabemos, esta eficacia no viene condicionada por la dignidad del ministro ni por sus cualidades humanas”.
“Sin embargo, – agregó – el sacerdocio ministerial no se reduce al solo ejercicio exterior de funciones que le son inherentes, sino que debe darse en el sacerdote una integridad de vida que surge de un corazón sumiso plenamente a la voluntad de Dios, que ya debe darse a causa de la condición bautismal y ahora, por una nueva razón, a causa de ‘que todo sacerdote, a su modo, representa la persona del mismo Cristo’ (PO 12)”.
“Me atrevo a decir que el aspecto que mejor hace ver la calidad de la vida de un sacerdote es su oración personal, silenciosa, escondida con Jesucristo. Cuánto tiempo pasa en oración con Cristo, a solas con Él, y cómo vive ese tiempo es el mejor indicador para el propio sacerdote de cómo está su ser sacerdotal, como configuración con Cristo sacerdote.
De la unión vital con Cristo, alimentada de la oración, de la escucha de la Palabra de Dios, de la recepción cotidiana del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, de la frecuente recepción del perdón sacramental de los pecados, podrá el sacerdote ser un idóneo instrumento de unión de los fieles con Cristo”, expresó Mons. Stegmeier.
Algunos consejos
Siguiendo su homilía, Mons. Stegmeier entregó a Reginaldo y Sebastián algunos consejos para su vida sacerdotal:
- Confesión: “Dediquen tiempo exclusivo al sacramento de la confesión, con horarios fijos y adecuados para que los fieles puedan confesarse con facilidad. El sacerdote sentado a la espera de la venida de los penitentes es signo de la paciencia del Padre que espera el regreso del hijo pródigo”.
- Caridad con los enfermos: “Visiten a los enfermos, quizá los más pobres entre los pobres. Asístanlos con el Sacramento de la Unción de los Enfermos, con el viatico y con su solícita caridad sacerdotal”.
- Escuela de oración: “Sean maestros de oración para sus fieles. La Iglesia nos dice que cada parroquia y comunidad cristiana debe ser una escuela de oración. Todos los cristianos tienen vocación mística, porque todos estamos llamados a la contemplación del misterio de la Santísima Trinidad en el Cielo”.
- Hacer la voluntad de Dios: “Hermanos, hacer lo que Cristo les dice y hacer su voluntad, los hará de verdad libres. Hacer la voluntad de Dios, significa renunciar a la propia en todo lo que no es de Dios y configurarla completamente a la de Él”.
Una diócesis rica en historia y carismas
Tanto Reginaldo como Sebastián vienen de otros lugares y han encontrado en la Diócesis de Villarrica su llamado a ejercer el sacerdocio. Al respecto, Mons. Stegmeier señaló que estas ordenaciones son “una significativa expresión de cuán católica es la Iglesia”.
“El Papa Francisco dice que somos ‘hermanos todos’ (fratelli tutti). ¡Cuánto tienen que aportar ustedes desde sus particulares carismas y cuánto tienen que recibir de una Diócesis rica en historia y vida eclesial! En la comunión de la Iglesia estamos llamados a anunciar a Jesucristo y a dar testimonio del amor cristiano ‘para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado’” (Jn 17,21).
El Obispo animó a orar por las vocaciones sacerdotes “para que ellas surjan también de nuestras comunidades parroquiales y llevarnos a la conversión pastoral para que los niños y jóvenes descubran su propia vocación”.
Para terminar, Mons. Stegmeier pidió a los presentes a quienes seguían la celebración por las redes sociales, que recen por estos dos nuevos sacerdotes, “porque son débiles y pecadores. Experimentarán las tentaciones del demonio, los halagos del mundo y incitaciones de la concupiscencia. Oren para que sean siempre fieles sacerdotes, fuertes en los tiempos de desolación y agradecidos en tiempos de consolación. Y para que su vida esté toda al servicio de Cristo, de su Iglesia y de cada uno de Ustedes en todo lo que se refiere a Dios”.
“Por último, encomendamos a nuestros hermanos Reginaldo y Sebastián a la maternal protección de la Virgen María. Que puedan escuchar de Ella lo que dijo a San Juan Diego: «¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?»”, concluyó el Obispo.
Puede leer la homilía completa de Mons. Stegmeier en el siguiente link:
HOMILIA ORDENACIÓN PRESBITERAL DE Reginaldo y Sebastián
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Transmisión de las ordenaciones por YouTube:
Transmisión de las ordenaciones por Facebook Catedral de Villarrica:
https://www.facebook.com/100004390995030/videos/1864520170370998
Fotos de las ordenaciones sacerdotales (12-12-20)
https://www.facebook.com/media/set/?vanity=diocesisvillarrica&set=a.3105252956244509
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Fotos de la Primera Misa presidida por el P. Reginaldo dos Santos (12-12-20)
https://www.facebook.com/media/set/?vanity=diocesisvillarrica&set=a.3108187719284366
Fotos de la Primera Misa presidida por el P. Sebastián Molina Carrasco (13-12-20)
https://www.facebook.com/media/set/?vanity=diocesisvillarrica&set=a.3108246995945105
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Entrevistas previas