El domingo 7 de septiembre fue canonizado Carlo Acutis por el Papa León XIV. Este santo se destaca, además de su intensa vida de fe, esperanza y amor a Jesucristo, por ser contemporáneo a nosotros, ser un joven que creció y vivió con las redes sociales y por haber muerto muy joven, solo con quince años de edad. Se dice que es el primer santo “milenial”.
Carlo Acutis se caracterizó por ser un joven alegre y comunicativo, siempre de buen humor y atento a servir a los demás, especialmente a los más necesitados. Pero tiene algo muy especial, quizá único entre los santos: es su familiaridad con el mundo de la informática y el uso de las redes sociales, siempre para bien. Se le ha llamado el “cibernauta de Jesús”, el “influencer de Dios” y el “patrono de internet”.
San Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 y falleció el 12 de octubre de 2006. Podemos decir que fue un elegido del Señor, porque desde muy niño entendió qué significa ser un bautizado, hijo de Dios nacido del agua y del Espíritu Santo. Descubrió desde un principio la centralidad de Cristo en la vida de un cristiano. Él decía: “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”.
San Carlo Acutis vivió y murió amando a Jesús. Es lo que diferencia a este joven del resto de sus amigos y compañeros. Pero era también lo que atraía la mirada y la simpatía de todos. El amar a Jesucristo y a los hermanos lo alimentaba de su participación diaria en la Eucaristía, comiendo de su Carne y bebiendo de su Sangre y pasando largos ratos de oración ante el Señor reservado en el sagrario. También se alimentaba de una profunda devoción a María, su Madre en el Cielo. Todos los días rezaba el Santo Rosario. Al respecto decía: “Cuanto más recibamos la Eucaristía, más nos haremos semejantes a Jesús, de modo que en la tierra tendremos un anticipo del Cielo” y “la Virgen María es la única mujer en mi vida”.
A la edad de catorce años es diagnosticado de una leucemia agresiva e incurable. A los doce días falleció serenamente y sonriendo. Así como vivió siempre unido a Cristo, su Amigo, también así murió, preparado y contento de poder encontrarse con Aquel en quien creyó, esperó y a quien amó con todo su corazón de niño y de adolescente. Al saber del diagnóstico, Carlo Acutis sólo dijo: “El Señor me ha dado un bonito toque de atención”. Al ser hospitalizado, aseguró: “No saldré vivo de aquí” y que ofrecería “su sufrimiento por el Papa y por la Iglesia”.
Toda una vida santa, atestiguada por muchísimas personas que lo conocieron y lo siguieron por las redes, y corroborada por dos milagros inexplicables para la ciencia, llevan a la Iglesia a declarar santo a Carlo Acutis. No es la Iglesia quien hace santa a una persona. Es el Señor quien lo hace por su gracia, fruto de un amor de predilección.
