«Hermanos en Jesucristo:
Falta muy poco para que el Papa Francisco llegue a nuestra Región y celebre la Santa Misa en Maquehue. Estamos todos invitados a participar de este hermoso acontecimiento. Ojalá que todos pudiésemos acompañar físicamente al Papa. Pero como para muchos esto no será posible, estemos unidos a él a través de la oración y de las transmisiones radiales y televisivas.
Aunque no conocemos el contenido de las palabras y los signos que el Papa Francisco nos dirigirá como padre, pastor y maestro, desde ya preparemos nuestros corazones, para escucharlo como representante y enviado de Jesucristo. El mensaje de quien reconocemos en la fe como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro será un anuncio del Evangelio para cada uno de nosotros y para la entera sociedad en nuestra realidad personal, familiar, regional y nacional. Además el Papa nos dará luces respecto a nuestra vida eclesial en sus aspectos que expresan a la Iglesia como la Esposa Santa de Cristo, pero también en nuestra realidad de miembros pecadores. La paz de Cristo nace de la justificación del pecador convertido al amor del Padre por acción del Espíritu Santo.
El lema de la visita “Mi paz les doy“ habla de la esperanza cierta de vernos colmados de todos los bienes de Jesucristo muerto y resucitado: “Mi paz les doy, mi paz les dejo; no se las doy como la da el mundo“ (Jn 14,27). Del Corazón de Cristo mana la paz verdadera que reconcilia a los hombres con Dios y con los hermanos. Quien está reconciliado con el Padre por medio de Jesucristo procura la paz de Dios entre los suyos y la entera comunidad. La paz cristiana llega hasta la reconciliación con los enemigos y la disposición incluso de dar la vida por ellos.
Pidamos al Señor que se haga realidad en nosotros el deseo del Apóstol Pablo: “Que la paz de Cristo presida sus corazones, pues a ella han sido llamados formando un solo Cuerpo“ (Col 3,15). Los cristianos estamos convocados por Cristo a ser portadores y testigos de su paz, porque son “bienaventurados los que trabajan por la paz“ (Mt 5,9).
¿Qué nos dirá el Papa? ¿Cuáles perspectivas llenas de esperanzas pondrá ante nuestros ojos? ¿A qué conversión personal, pastoral y social nos llamará? ¿Qué desafíos nos propondrá como Iglesia? Estemos atentos a lo que nos dirá, viendo en él a Cristo que pasa entre nosotros. Escuchémoslo con oídos de fe, con un corazón humilde y con la buena voluntad de querer obedecerle como un hijo a su padre.
En estos días que van quedando, oremos por el Papa Francisco, por los frutos de su visita y para que nuestro encuentro con él en Maquehue nos confirme la fe en Jesucristo y en la adhesión a la Iglesia».
+Francisco Javier Stegmeier Sch.
Obispo de Villarrica