
Este 20 de enero, la Diócesis de Villarrica celebró la apertura del templo Santísima Trinidad de Purulón como templo jubilar en el marco del Jubileo 2025. Coincidiendo con la fiesta de San Sebastián, la comunidad vivió un momento de fe y esperanza que marca el inicio de un camino espiritual hacia la reconciliación y la gracia.
Durante la celebración, Monseñor Francisco Javier Stegmeier recordó en su homilía el propósito del Jubileo y la promesa de Dios:
“Somos peregrinos en este mundo, creados por Dios para un día estar con Él. Nuestra meta no es la nada, no es la contemplación vacía. Es el júbilo eterno de estar gozando para siempre del rostro de Dios. Jesucristo nos promete una alegría plena, una alegría que nadie nos podrá quitar. San Sebastián, mártir por amor a Cristo, es testigo de que la vida eterna es verdadera y de que, en Dios, somos llamados a la felicidad plena.”
Templos jubilares: lugares de gracia y esperanza
El templo Santísima Trinidad de Purulón, junto con la Catedral de Villarrica y Nuestra Señora del Tránsito en Metrenco, ha sido designado como templo jubilar para este Año Santo. Estos lugares ofrecen a los fieles la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria al cumplir con las condiciones de la Iglesia: confesión sacramental, comunión, oración por las intenciones del Papa y un tiempo de reflexión espiritual.
El testimonio de San Sebastián
La figura de San Sebastián, mártir de la fe, inspira a los fieles a vivir con fidelidad y esperanza. Su vida nos recuerda que el sacrificio por Cristo lleva a la alegría eterna y a la plenitud en Dios. En el contexto del Jubileo 2025, su testimonio nos impulsa a caminar como Peregrinos de Esperanza, confiando en las promesas de Jesucristo.