Con el fin de retocar el templo para gloria y alabanza a Dios, la capilla Sagrada Familia de Villarrica cuenta hoy con un nuevo retablo de la Familia de Nazaret, que guarda con fidelidad los aspectos del retablo original realizado por el querido y recordado P. Walter Hechemeier (1937-2019).
La obra es de la artista María Pía Rodríguez, fiel de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Villarrica, donde pertenece esta capilla, y miembro del Camino Neocatecumental.
El proyecto se pensó alrededor de un año. Por respeto y cariño por lo que había hecho el P. Walter, se resolvió resguardar la pintura original. Esto significó levantar un nuevo muro encima del original y sobre ese muro hacer la pintura.
María Pía se dedica al arte religioso, específicamente al tallado en madera. “Me gusta la pintura también. Sin haberla desarrollado mucho, creo que lo que hago es casi intuitivo. Pero cuando me pidieron este trabajo sentí que lo podía hacer”, comenta.
La artista recuerda además una anécdota: “Mientras yo investigaba cómo podía hacer la imagen, me llegó un regalo de parte de un amigo artista que ahora está en un Seminario. Eran unos pigmentos maravillosos, ¡me mandó muchos! Entonces dije ‘esto es de Dios, él me está regalando esto para que yo pinte esta pintura’. Fue muy bonito, porque yo no sabía con qué pintar y estos pigmentos se prestan maravillosamente para hacer el mural. Entonces, como que salió todo muy fácil y muy de Dios”.
La pintura tomó un mes en estar lista. Además, se hicieron otros arreglos como cambiar algunas luces, pintar el muro lateral, y actualmente se está reparando un crucifijo de yeso.
Simbología:
María Pía señala que la nueva imagen “es la misma que había usado el P. Walter, solo que la quise a hacer con colores, porque la que había era más en línea”.
“Puse el fondo del cielo con profundidad, buscando con el degradado presentar los distintos cielos; incorporé la presencia de angelitos que alaban esta revelación de Dios que es la Sagrada Familia; y las doce estrellas que representan los 12 apóstoles. Mantuve la cruz central, el Espíritu Santo y la Sagrada Familia”, explica.
Sobre la cruz, María Pía destaca que “nace de la tierra y se eleva al cielo. Es el instrumento de salvación para los hombres, que está presente en la vida del hombre sobre todo en la familia. Esta cruz que nos salva, sufrimiento que está presente en nuestras vidas y que nos lleva a la salvación a través de Cristo”.
Sobre el Espíritu Santo, agrega que “ nos ilumina con su luz y con todos sus dones y que también es indispensable para la familia y la vida del cristiano”.
Y sobre la Sagrada Familia, “es suficientemente profundo y hermoso este misterio del amor de Dios, de la presencia del amor en el mundo a través de la Familia”.
“Mi intención y reflexión era hacer algo que ayude a la persona a entrar en oración y en este misterio maravilloso de la Sagrada Familia. Poder encontrarse con esta revelación de Dios, que es la Sagrada Familia, y entrar en la maravilla de entender, de conocer, a esta Virgen María que se abre a la gracia de participar en este misterio de salvación, diciendo sí al Señor, aceptando el Espíritu Santo para que nazca en ella el Salvador. Los mismo con la humildad de San José, esta presencia del Niño Jesús que está como en oración al Padre”, comenta la artista.
“Poder entregar los dones para mayor gloria de Dios, para hacer algo que sirva a que la gente pueda entrar en oración, ver la imagen y que el Señor le pueda hablar a través de ella, para mí es una tremenda bendición”, concluye María Pía.
Comunidad Sagrada Familia: llamados a ser el taller de San José
El P. Andrés Maricán, párroco de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, expresó su gratitud en nombre de toda la comunidad a Dios, “porque existan personas que realmente logran mostrar esta gran realidad: la Sagrada Familia; y a la Sra. Pía por esta magnífica restauración”.
Como primera reflexión, el P. Andrés señala que “el P. Walter tuvo mucha visión cuando colocó el patrocinio e imagen de la Sagrada Familia a esta comunidad, ya que refleja que Jesús, María y José quieren seguir trabajando aquí como lo hacían en su taller”.
“Un taller es donde se arregla, construye, repara, y naturalmente eso también es la vida cristiana. Necesariamente tenemos que dar ‘retoques’ en nuestra vida personal, familiar, social, en fin, en donde estamos los creyentes en Jesucristo. Dejarnos ‘retocar’ por la gracia del Señor que quiere dar forma de vida cristiana a la comunidad”, expresó.
En segundo lugar, “al ver esta hermosa imagen, y la cruz que traspasa esta familia y el taller, vemos que es Cristo donde allí dio la vida por toda la humanidad, también por esta comunidad Sagrada Familia. Asimismo, vemos al Espíritu Santo que ilumina y traspasa esta realidad, que está allí trabajando”.
Por último, destaca que “se pueden hacer muchas cosas visibles, pero esto tiene que ayudarnos a llevarnos más allá de lo meramente visible, porque a veces podemos caer en fachadas de vida cristiana, ¿pero qué pasa en el corazón?. Yo invito a la comunidad cristiana Sagrada Familia y a toda nuestra parroquia para que dejemos esas fachadas y mostremos verdaderamente lo que hemos de ser: discípulos y misioneros de Cristo. Y eso tiene que notarse en nuestras palabras, gestos, obras, relaciones interpersonales, de tal forma que nuestro único fin sea ser alabanza para Dios”.
“Que en este Año de San José, humilde carpintero, la Sagrada Familia siga siendo un taller en donde se va moldeando todo lo que se requiere para lucir el amor de Dios”, concluye el P. Andrés.
Silvia Orellana, encargada de la comunidad Sagrada Familia de Villarrica: Esta remodelación era un sueño de la Comunidad Sagrada Familia y se logró con la ayuda de Dios y mano de obra de algunos hermanos: Pía, Heraldo Mora, Johan, etc. Todos pusimos un granito de arena y nos queda mucho por hacer, no se puede descuidar nuestra casa donde nos reunimos para vivir la fe y la alegría que nos regala el Señor.