Hermanos en Jesucristo:
El 30 de junio se celebra a Bomberos de Chile, recordando la fundación del primer Cuerpo de Bomberos en Valparaíso el año 1851. Esta simbólica fecha es ocasión de expresar, en nombre de la comunidad en general y, en particular, de la Iglesia, la gratitud por el servicio de los miles de voluntarios que en todo el país están siempre prestos a ir en ayuda de quienes se ven afectados por la voracidad de un incendio, por un accidente de tránsito u otros siniestros.
Todos nos hemos visto beneficiados en algún momento de la ayuda prestada por los voluntarios de Bomberos. Ellos, según sus posibilidades, ante cualquier llamada de socorro dejan sus actividades, su descanso en el seno familiar y cualquier otro compromiso para, de inmediato y enfrentado el peligro, cumplir con su deber de servicio.
Quienes nos hemos podido interiorizar de lo que significa el Cuerpo de Bomberos, nos damos cuenta del serio compromiso de sus voluntarios, su formación y capacitación cada vez más profesional, los altísimos costos de adquirir vehículos y todos los implementos necesarios para enfrentar los siniestros y, por sobre todo, se destaca la calidad humana de las personas que lo integran.
Hay que destacar precisamente que los voluntarios de Bomberos entregan tiempo, energías e incluso la propia vida para, gratuitamente, servir a la comunidad. Nuestra respuesta debe ser el reconocimiento, la gratitud, la oración y la generosa ayuda económica. Por eso cada vez que se vendan rifas o se hagan colectas a beneficio de Bomberos, seamos magnánimos en nuestro aporte.
Por último, Bomberos de Chile es una corporación privada, con personalidad jurídica y estatutos propios, pero cuyo servicio es público. Bomberos es un excelente ejemplo de una entidad privada cuya razón de ser es público, de bien común para toda la comunidad. Es decir, no se debe confundir público con estatal. Hoy el Estado no asume la tarea de un ente privado como es Bombero. Pero, como debe ser, lo subvenciona para que cumpla su misión.
+Francisco Javier Stegmeier Schmidlin
Obispo de Villarrica