El domingo 17 de diciembre, el Padre Octavio Manquepan Curilem cumplió sus “bodas de oro sacerdotales”. Una ocasión propicia donde la comunidad de Boroa manifestó su cariño y gratitud a su actual párroco.
En el gimnasio de la Escuela Misión Boroa se realizó una fraterna Celebración Eucarística que contó con la participación de nuestro pastor Mons. Francisco Javier, hermanos consagrados, religiosas de la congregación Misioneras Catequistas de Boroa e invitados especiales. El Padre Octavio fue ordenado sacerdote, por Mons. Guillermo Hartl, el día 17 de diciembre de 1967 en la Iglesia Catedral de Villarrica. Al iniciar su ministerio hasta la actualidad, este querido sacerdote ha acompañado pastoralmente a ocho comunidades parroquiales: Toltén, Villarrica (Sagrado Corazón de Jesús y San Francisco), Cherquenco, Vilcún, Cunco, Los Laureles y Boroa, siendo ésta última su actual comunidad y en la cual ya lleva 13 años como párroco.
Hablamos con el Padre Octavio sobre esta especial conmemoración de su ministerio, quien nos señaló que lo primero que “se viene a la mente son los recuerdos e historias vividas en estos cincuenta años, los amigos de la vida y la vida de estudiante camino a la vocación. En mi tarea pastoral en la iglesia el tiempo pasó muy rápido”. Sobre su paso en las comunidades, el sacerdote atesora grandes momentos con cada comunidad, eso si recuerda particularmente su paso en las parroquias de Villarrica, a pocos años del inicio de su ministerio sacerdotal por su gran vinculación con los jóvenes.
Por otra parte, Cherquenco es la comunidad en la cual estuvo más años colaborando en la misión evangelizadora (1981 a 2002). Y aunque en algunas comunidades tuvo períodos más cortos, lo que más valora es la realidad particular que vivió en cada una de ellas, su cercanía con las comunidades indígenas, ancianos, jóvenes e internos de los centros penitenciarios.
Felicitamos al Padre Octavio en sus cincuenta años de ministerio sacerdotal, comprometemos nuestra oración para que el Señor lo reconforte cada día y le brinde mucha salud para continuar su tarea pastoral y en especial a su querida comunidad Inmaculada Concepción de Boroa.